domingo, 8 de febrero de 2009

Mi ángel caído...



Evengelinne, es un ángel hija de la serafina Ceres y del Arcángel Schmuel, encargada de que los seres humanos no sientan soledad en el momento de ascender a la Cuarta dimensión, intercediendo como imán y guardándola en su frío corazón, incapaz de amar, procurando así que las personas sientan un cierto alivio antes de la muerte. Un día, trabajando como de costumbre, extrayendo el dolor de una anciana ciega, se encontró ante la silueta de un ser. Alzó la mirada, y se encontró con él, era el ser mas bello que había visto jamás, de el emanaba un aroma que ni en los más exquisitos bazares que pudiera encontrar. No pudo reaccionar, el la miró, con esos ojos negros y cuando quiso darse cuenta, la anciana y el misterioso ser habían desaparecido. Al volver, aun aturdida por el extraño suceso, su padre y los demás arcángeles la esperaban. Resulta que aquel ser era Demian, hijo del demonio Zillah y la súcubo Naamah, cuya misión es arrebatar los corazones de las personas y llevárselas al inframundo condenándolas a un eterno sufrimiento. Evengelinne estaba en peligro, pues debería de haberla atacado, ya que rompieron el trato de Ostende, que decía que no interferirían nunca en los trabajos de los celestes, y eso era señal de una guerra santa. Pero ella no podía borrar aquella imagen de la cabeza, y decidió ir a la tierra, a la casa de la anciana, a ver si quedaba aun rastro de él, alguna pista. Y cuando ya se había dado por vencida, apareció él, y con una sonrisa pícara, le tendió la mano y ella posó la suya sobre la de él. Ahora, Evengelinne está en la tierra, sufriendo amnesia, y al encontrarla la bauticé como Hyo Ri. Sólo sé de ella que ansía encontrar a un tal Demian.


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